ANTÍGONA O SOBRE LA MUERTE DEL SER HUMANO de Laura Crespillo López
Temática filosófica basada en el mito griego.
Antigona con el cuerpo de su hermano desmembrado delante enloquece y en ese insntante es cuando es consecuente consigo misma.
Basada en textos de la obra de KierKeggard.
Estrenada en el Círculo de Bellas Artes.
Publicado por la AAT.
Fragmento:
(Sale Antígona vestida de luto, con el velo negro. Se dirige a su hermana Ismene, que no está. Antígona se retuerce de dolor. Enloquece para ser coherente.)
Personajes:
Antígona, hija de Edipo.
(La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar en palacio…)
ANTÍGONA.
Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú que conoces las desgracias de la casa de Edipo, ¿sabes de alguna de ellas que el dios Sabina no haya cumplido después de nacer nosotras?
No, no hay vergüenza ni infamia, no hay cosa insufrible ni nada que se aparte de la mala suerte, (pausa) qué no vea yo entre nuestras desgracias, las tuyas y las mías; (silencio) ¿qué sabes de este edicto que dicen que el tirano de nuestro tío Creonte acaba de imponer a todos los ciudadanos? ¿Te has enterado ya o no? (Pausa larga.)
No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna. No me cabía duda, Ismene, nunca te enteras de nada. (Silencio.)
¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te ensombrece.
(Pausa.)
Temática filosófica basada en el mito griego.
Antigona con el cuerpo de su hermano desmembrado delante enloquece y en ese insntante es cuando es consecuente consigo misma.
Basada en textos de la obra de KierKeggard.
Estrenada en el Círculo de Bellas Artes.
Publicado por la AAT.
Fragmento:
(Sale Antígona vestida de luto, con el velo negro. Se dirige a su hermana Ismene, que no está. Antígona se retuerce de dolor. Enloquece para ser coherente.)
Personajes:
Antígona, hija de Edipo.
(La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar en palacio…)
ANTÍGONA.
Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú que conoces las desgracias de la casa de Edipo, ¿sabes de alguna de ellas que el dios Sabina no haya cumplido después de nacer nosotras?
No, no hay vergüenza ni infamia, no hay cosa insufrible ni nada que se aparte de la mala suerte, (pausa) qué no vea yo entre nuestras desgracias, las tuyas y las mías; (silencio) ¿qué sabes de este edicto que dicen que el tirano de nuestro tío Creonte acaba de imponer a todos los ciudadanos? ¿Te has enterado ya o no? (Pausa larga.)
No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna. No me cabía duda, Ismene, nunca te enteras de nada. (Silencio.)
¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te ensombrece.
(Pausa.)
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